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QUITO
QUITO. Residente (c), uno de los vocalistas del grupo Calle 13, hizo delirar a sus miles de fanáticos en la Feria Quitumbe.
Hacía frío, pero los ánimos estaban a mil por hora. Cristina Albuja esperaba con ansias ver en escena a Calle 13. Ella y siete chicas más llegaron a Quitumbe, a las 17:00, para conseguir un lugar cercano al escenario.
“No son como otros grupos, ellos recitan la verdad de la calle, lo que nos tiene mal, lo que nos impide crecer como personas”, expresó, mientras los técnicos de sonido alistaban todo para la gran presentación.
Junto a Cristina estaba Daniel Díaz. Él tenía puesta una bufanda sobre el cuello para mantenerse caliente, pero apenas empezó el show se la sacó para poder brincar al son de la música, e incluso la utilizó para alentar con más fuerza a la agrupación.
Eran las 22:00, el público pedía a gritos la presencia de los nueve músicos. Diez minutos después la cortina de sonido se apagó y en las tres pantallas gigantes se proyectó la imagen de René Pérez, vocalista del grupo. Se trataba de un video testimonial en el que cada integrante recordaba anécdotas vividas a lo largo de sus cinco años de trayectoria.
Horas antes, en la rueda de prensa, René (conocido como Residente) mencionó que estar en Calle 13 le hizo mejor persona. También dijo muy claro: “Hemos ido contra la corriente y a pesar de eso hemos logrado que se escuche la música de Calle 13 (...). A veces sonamos en las radios y a veces no, pero si vamos a Estados Unidos podemos hacer un concierto con mucha gente”.
El video duró 17 minutos. De pronto todo se calló, las luces tenues anunciaban el inicio de la fiesta. El sonido del tambor arrancó los primeros gritos. Uno a uno los músicos iban apareciendo hasta completar la armonía de No hay nadie como tú. A partir de ahí todo fue una descarga de emociones durante una hora y 42 minutos, tiempo en que la gente bailó y saltó hasta más no poder con temas como Esta es una fiesta de locos, El tango del pecado, Hormiga brava y Vamo a portarnos mal.
El preludio de cada interpretación consistía en un mensaje, generalmente de tinte político, como en Pa’l norte, cuya letra habla de la situación de quienes migran a los EE.UU. en busca de un mejor futuro. Esta canción, dijo Residente, está dedicada al estado de Arizona, que tiene una “gobernadora racista y hitleriana” contra los latinoamericanos. Al término de la frase, la hermana de Visitante, Ileana Cabra, se cobijó con la bandera ecuatoriana y el escenario se encendió aún más.
Esas palabras elevaron la excitación de los cerca de 25 mil fanáticos que abarrotaron la plaza de la Feria Quitumbe. Y es que hablaron sin tapujos sobre política, religión y la industria musical, a quienes dedicaron el tema Calma pueblo, primer promocional de su último disco: Entre los que quieran, lanzado al mercado en octubre pasado.
“Residente es un sinvergüenza que no le tiene miedo a nada, no necesita buscar frases lindas ni espera quedar bien frente a los demás, simplemente dice lo que piensa”, comentó Daniel.
Lo mismo dijo Eduardo Cabra (Visitante) en el diálogo con la prensa. “Hacemos la música que nos gusta porque la sentimos”, sostuvo.
Tanta fue la euforia que desataron entre los espectadores, que por poco mandan abajo una de las barreras de protección en donde estaba ubicada la prensa. Se necesitó de quince personas, incluidos tres policías y dos militares, para frenar los impulsos. Entre esa multitud se hallaban Cristina y Daniel, que sin conocerse corearon juntos los versos de las canciones.
Poco antes de que termine la presentación, el lugar fue invadido por un manto de neblina, parecía como si la máquina que produce humo artificial hubiera cubierto todo el campo y sirvió como telón de despedida de las más insignes melodías del grupo: Atrévete, te, te, tema que los lanzó a la fama mundial, y La perla, que grabaron junto al panameño Rubén Blades.
“Hemos ido contra la corriente y a pesar de eso hemos logrado que se escuche la música de Calle 13”.
Residente
“No son como otros grupos, ellos recitan la verdad de la calle, lo que nos tiene mal, lo que nos impide crecer como personas”, expresó, mientras los técnicos de sonido alistaban todo para la gran presentación.
Junto a Cristina estaba Daniel Díaz. Él tenía puesta una bufanda sobre el cuello para mantenerse caliente, pero apenas empezó el show se la sacó para poder brincar al son de la música, e incluso la utilizó para alentar con más fuerza a la agrupación.
Eran las 22:00, el público pedía a gritos la presencia de los nueve músicos. Diez minutos después la cortina de sonido se apagó y en las tres pantallas gigantes se proyectó la imagen de René Pérez, vocalista del grupo. Se trataba de un video testimonial en el que cada integrante recordaba anécdotas vividas a lo largo de sus cinco años de trayectoria.
Horas antes, en la rueda de prensa, René (conocido como Residente) mencionó que estar en Calle 13 le hizo mejor persona. También dijo muy claro: “Hemos ido contra la corriente y a pesar de eso hemos logrado que se escuche la música de Calle 13 (...). A veces sonamos en las radios y a veces no, pero si vamos a Estados Unidos podemos hacer un concierto con mucha gente”.
El video duró 17 minutos. De pronto todo se calló, las luces tenues anunciaban el inicio de la fiesta. El sonido del tambor arrancó los primeros gritos. Uno a uno los músicos iban apareciendo hasta completar la armonía de No hay nadie como tú. A partir de ahí todo fue una descarga de emociones durante una hora y 42 minutos, tiempo en que la gente bailó y saltó hasta más no poder con temas como Esta es una fiesta de locos, El tango del pecado, Hormiga brava y Vamo a portarnos mal.
El preludio de cada interpretación consistía en un mensaje, generalmente de tinte político, como en Pa’l norte, cuya letra habla de la situación de quienes migran a los EE.UU. en busca de un mejor futuro. Esta canción, dijo Residente, está dedicada al estado de Arizona, que tiene una “gobernadora racista y hitleriana” contra los latinoamericanos. Al término de la frase, la hermana de Visitante, Ileana Cabra, se cobijó con la bandera ecuatoriana y el escenario se encendió aún más.
Esas palabras elevaron la excitación de los cerca de 25 mil fanáticos que abarrotaron la plaza de la Feria Quitumbe. Y es que hablaron sin tapujos sobre política, religión y la industria musical, a quienes dedicaron el tema Calma pueblo, primer promocional de su último disco: Entre los que quieran, lanzado al mercado en octubre pasado.
“Residente es un sinvergüenza que no le tiene miedo a nada, no necesita buscar frases lindas ni espera quedar bien frente a los demás, simplemente dice lo que piensa”, comentó Daniel.
Lo mismo dijo Eduardo Cabra (Visitante) en el diálogo con la prensa. “Hacemos la música que nos gusta porque la sentimos”, sostuvo.
Tanta fue la euforia que desataron entre los espectadores, que por poco mandan abajo una de las barreras de protección en donde estaba ubicada la prensa. Se necesitó de quince personas, incluidos tres policías y dos militares, para frenar los impulsos. Entre esa multitud se hallaban Cristina y Daniel, que sin conocerse corearon juntos los versos de las canciones.
Poco antes de que termine la presentación, el lugar fue invadido por un manto de neblina, parecía como si la máquina que produce humo artificial hubiera cubierto todo el campo y sirvió como telón de despedida de las más insignes melodías del grupo: Atrévete, te, te, tema que los lanzó a la fama mundial, y La perla, que grabaron junto al panameño Rubén Blades.
“Hemos ido contra la corriente y a pesar de eso hemos logrado que se escuche la música de Calle 13”.
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