Muchos se sorprenderían si supieran que Calle 13, el grupo musical de Puerto Rico que acaba de arrasar en los premios Latin Grammy, es aborrecido por gran parte de la población puertorriqueña incluyendo hasta al mismo gobernador de la isla. Esto es difícil de comprender porque se supone que cuando un artista triunfa, como lo ha vendido haciendo consistentemente René Pérez y su grupo musical, sus compatriotas lo que deberían de sentir es orgullo y alegría tomando en cuenta que uno de los suyos ha representado dignamente a la isla.
Lo que ocurre es que Calle 13 no es un grupo musical común y corriente dedicado a la música superficial destinada a ser bailada en las discotecas ni al escape que produce una letra pegajosa, insustancial e inocua. Por el contrario, las composiciones de este grupo abordan temas políticos y sociales que resultan incómodos y embarazosos para muchos que de una u otra manera se sienten aludidos y desafiados ante las denuncias de este grupo de músicos irreverentes, contestatarios y, sobre todo, inteligentes.
Ya es tradición por parte de René Pérez el hacer algún tipo de denuncia o solidarizarse con alguna causa política o social ante miles o millones de personas tal como hizo al ser premiado en los Grammy en torno al tema de la crisis estudiantil chilena. En el caso de su país, Puerto Rico, lo que molesta a miles que militan en el Partido Nuevo Progresista, que aspira a que Puerto Rico sea un estado de la unión americana, es precisamente el ferviente nacionalismo de René y su constante denuncia de la relación política colonial de la isla así como las críticas constantes que le hace al gobierno de turno y a su gobernador estadista el cual pertenece a la facción más ultraconservadora y derechista del Partido Republicano de Estados Unidos.
Esta tensión política entre Calle 13 y la clase política mayormente estadista de la isla se manifiesta en las recientes declaraciones de ambos bandos reseñadas en el periódicoEl Nuevo Día en las cuales se lanzan ataques los unos a los otros en algunos casos bastante subidos de tono. Por ejemplo, hace poco más de un año, el Alcalde de San Juan, Jorge Santini, también estadista, catalogó a René de tecato (término peyorativo usado en la isla con los adictos) y el cantante lo retó a hacerse una prueba de drogas para demostrarle al pueblo que los rumores que corren de que el alcalde es usuario de cocaína son ciertos.
En resumen, este triunfo de Calle 13, recibido en América Latina con alegría, en Puerto Rico lo que causa son emociones encontradas y sirve como otra excusa más para avivar la centenaria polémica en torno al estatus político de la isla.
Foto: Wikimedia Commons